Jackson Martínez, el delantero colombiano que eclipsó a la Liga MX

Jackson Martínez no necesitó estar en un equipo
Jackson Martínez no necesitó estar en un equipo "poderoso" para birllar en la Liga MX. (Foto: Noe Garcia/Jam Media/LatinContent via Getty Images)

Jaguares de Chiapas es un equipo que ya no figura en los escenarios de la Liga MX, pero en su momento fue hogar de uno de los delanteros más atractivos en la historia reciente del fútbol mexicano: Jackson Martínez, el jugador colombiano que brilló en dónde nadie lo imaginó.

Cualquiera que recuerde los buenos años de la liga mexicana y a sus referentes en el ataque, tendrá en el pensamiento a Jackson Martínez; jugador que por su olfato goleador, contundencia frente al arco, potencia física, velocidad, técnica individual y más, conquistó a propios y extraños, aun cuando su equipo no era un hábitat de estrellas.

Regularmente los ídolos son aquellos que portan la camiseta de “los grandes” o “los ganadores'', pocas veces un equipo modesto como Jaguares de Chiapas puede presumir tener a un referente, pero con Martínez fue posible, más de un club de la liga los envidiaba.

Los reflectores no estaban en su playera, habitaban en sus cualidades como atacante. La Pantera fue el apodo que se ganó gracias a su letalidad y a la capacidad para deshacerse de los defensores. Es sin duda uno de los mejores jugadores colombianos que han pisado tierra azteca, se mide a la par de Luis Gabriel Rey o el propio Dorlan Pabón.

El ex jugador nació en Quibdó, Colombia. Se formó en su país e hizo su debut en 2004 con Independiente de Medellín, tras años de goles y una buena actuación en 2009, Jaguares de Chiapas lo incorporó a su equipo al siguiente año, pese a que River Plate también quería hacerse de sus servicios.

Con la escuadra chiapaneca no ganó ningún título y tampoco pudo conquistar el campeonato de goleo, pero incluso esos fracasos hablan de su grandeza. Estando en un equipo que no era protagonista y sin aspiraciones reales de levantar un trofeo pudo hacerse de un nombre en la Liga MX.

Sus goles le dieron múltiples alegrías a la afición de Tuxtla Guitiérrez. (Foto: Noe Garcia/Jam Media/LatinContent via Getty Images)
Sus goles le dieron múltiples alegrías a la afición de Tuxtla Guitiérrez. (Foto: Noe Garcia/Jam Media/LatinContent via Getty Images)

Jackson Martínez llegó en 2010 a México y se marchó en 2012, fue un paso fugaz pero brillante. Durante este proceso jugó 69 partidos, anotó 36 goles (el segundo equipo de su carrera con el que marcó dianas), y dio 9 asistencias. Clubes de mayor protagonismo intentaron ficharlo, pero él tenía un sueño más grande que triunfar en el balompié mexicano.

Cha Cha Cha es uno de esos ejemplos que exponen aquello que sí debe representar un futbolista extranjero en la Liga MX. Llegó, se adaptó rápidamente, brilló, no alargó innecesariamente su estancia en el país y le brindó a Jaguares una importante suma económica en pro de otros objetivos; y todo lo ello fue gracias a sus goles.

Aventura que empezó bien y terminó mal

Tras un buen rendimiento en Liga MX, el Porto, de la liga portuguesa, se hizo con sus servicios, la misión era suplir a su compatriota, Radamel Falcao. El Tigre se marchó al Atlético de Madrid en 2011 y había dejado un hueco casi insustituible; se convirtió en estrella e ídolo gracias a los 7 campeonatos que alzó en enfundado en la camiseta de los Dragones.

Durante su estadía en Porto, Martínez compartió vestidor con el mexicano Héctor Herrera (atrás). (Foto: NurPhoto/NurPhoto via Getty Images)
Durante su estadía en Porto, Martínez compartió vestidor con el mexicano Héctor Herrera (atrás). (Foto: NurPhoto/NurPhoto via Getty Images)

El club portugués desembolsó cerca de 9 millones de euros por la ficha del cafetalero, según Transfermarkt. Jackson Martínez, fiel a su estilo como goleador, no defraudó. En 136 compromisos rompió las redes en 92 para convertirse en el máximo artillero en toda la historia del Porto.

Ganó una trofeo liguero y dos supercopas de Portugal, además se coronó como tricampeón de goleo en la liga (2012-2013/2014-2015). Jugó Champions League y sus buenas actuaciones lo llevaron a disputar el Mundial de Brasil 2014 en el que marcó 2 goles

Estaba listo para dar un salto mayor y España era el destino. Ahora era el Atlético de Madrid quien buscaba un reemplazo para Falcao (había fichado por el Monáco), y quién mejor para hacerlo que aquel hombre que ya había cumplido tal misión en Porto.

Llegó con gran cartel a España pero una lesión no lo permitió brillar como se esperaba. (Foto: Guillermo Martinez/DPI/NurPhoto/Getty Images)
Llegó con gran cartel a España pero una lesión no lo permitió brillar como se esperaba. (Foto: Guillermo Martinez/DPI/NurPhoto/Getty Images)

Fichó por 35 millones de euros con el Atleti pero no logró mantener la inercia positiva que mantenía desde Jaguares. Apenas jugó una temporada y cambió de aires; pasó sin gloria ni gracia en el combinado rojiblanco, y el fantasma de las lesiones apareció por primera ocasión, desde ahí no volvió a ser el mismo.

Sin embargo, las dolencias surgidas en 2015 no fueron lo único que privó su crecimiento como delantero total, también lo hicieron algunas situaciones extra cancha.

“Tuve una vida de lujuria y alegría en el pecado. Lo disfruté todo, porque lo veía como algo normal, como otras personas. En mi caso, algunas amistades que tuve me llevaron a fiestas, bares… estaba rodeado de alcohol, cigarros y otras cosas también”, aseguró Martínez en 2020 en una entrevista para Canal 1 de Colombia.

Portimonense fue el último equipo al cual defendió Jackson Martínez. (Foto: Paulo Nascimento/NurPhoto via Getty Images)
Portimonense fue el último equipo al cual defendió Jackson Martínez. (Foto: Paulo Nascimento/NurPhoto via Getty Images)

Aquel Martínez que apuntaba para ser uno de los mejores goleadores de todo el mundo jugaría en China y se alejaría de la élite. Guangzhou Evergrande fue el equipo que gastó 42 millones de euros en 2016 para sumar al ariete sudamericano.

En Asia ganó pero su lesión en el tobillo jamás lo dejó en paz. Se ausentaba, volvía, así fue su carrera, llena de altibajos. Con los Tigres del Sur apenas jugó 16 encuentros, y hasta 2018 terminó su relación contractual.

Su último club fue el Portimonense, en Portugal, al que arribó en 2018 y con una última esperanza de despuntar su carrera a los 32 años. No lo logró, su estancia fue discreta y jamás retomó el trono que un día se le había concedido. En diciembre de 2020 puso fin a una carrera que prometía ser una de las mejores en el fútbol colombiano.

“Desde mi lesión de tobillo entre el año 2015/2016 comenzó una lucha dando todo de mí para volver a jugar en condiciones favorables este deporte que tanto me apasiona y aunque regrese a las canchas después de dos años, fue muy difícil desempeñarme como lo anhelaba”, dijo Jackson Martínez en redes sociales cuando colgó los botines.

Su vida tomó un rumbo particular. Después de dejar la profesión de futbolista se dedicó a la música y a compartir conceptos religiosos a través de sus canciones; si bien desde 2018 había indicios de la faceta musical, posterior a su retiro se dedicó de lleno al rap y trap cristiano.

Pero Martínez no solo canta, también escribe. Las letras de sus canciones están vinculadas a sus experiencias personales así como las vivencias en su vida religiosa y espiritual.

Desde 2018 hasta 2022 ha lanzado un extended play (No Temeré) y dos álbumes (Las 2 Puertas y No Hay Duda), así como otros sencillos.

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