Cómo un espejo llevó la luz a un pueblo alpino en Italia condenado a la oscuridad

Viganella es conocido por ser el pueblo italiano iluminado por un espejo. En un enclave de postal, en los Alpes italianos, se encuentra situado a 130 kilómetros de Milán por carretera y unos 180 kilómetros de Turín. Y ahí, en ese lugar rodeado de montañas, sus habitantes han pasado siglos a oscuras durante casi tres meses al año. Hasta que hace más de una década a un arquitecto se le ocurrió la idea de desviar los rayos del sol con un espejo y proyectarlos sobre la plaza del pueblo.

En el punto en el que fue levantado el pueblo de Viganella, en los Alpes de Italia, los rayos del Sol no penetran durante 83 días al año. (Foto: ANDREAS SOLARO/AFP via Getty Images)
En el punto en el que fue levantado el pueblo de Viganella, en los Alpes de Italia, los rayos del Sol no penetran durante 83 días al año. (Foto: ANDREAS SOLARO/AFP via Getty Images)

El censo del Ayuntamiento dice que en Viganella están inscritas 185 personas, aunque solo medio centenar reside allí durante todo el año. Unas pocas decenas de personas que están acostumbradas a que algún que otro curioso se acerque preguntando por el espejo que los ilumina y a cuya ubicación no es sencillo llegar sin indicaciones de algún lugareño. La fama les llegó cuando el 17 de diciembre de 2006 se procedió a la activación del invento para paliar el hecho de que durante 83 días al año, entre el 11 de noviembre y el 2 de febrero, los rayos del Sol no llegan a sus calles debido a la posición del astro y de las montañas que rodean la localidad.

Aquel día su vida cambió gracias a este specchio de acero compuesto por 14 paneles y una superficie total de alrededor de 40 metros cuadrados. Situado en el monte Scagiola, a una altitud de 1.100 metros, está controlado por un programa informático que se encarga de estudiar la trayectoria del Sol para saber cómo orientar el espejo y que este proyecte los rayos solares en dirección a la plaza del pueblo. Algo que sucede durante seis horas al día sacando en ese tiempo a sus habitantes de la penumbra invernal a la que estaban condenados antes de 2006.

El espejo está orientado de manera que durante seis horas logra iluminar esta zona del pueblo. (Foto: REUTERS/Remy Steinegger (ITALY)
El espejo está orientado de manera que durante seis horas logra iluminar esta zona del pueblo. (Foto: REUTERS/Remy Steinegger (ITALY)

El sistema fue ideado por el arquitecto Giacomo Bonzani, como relatan Vice y La Repubblica en sus crónicas del lugar. Eso sí, esta no fue su primera sugerencia al entonces alcalde de Viganella, Franco Midali. Lo primero que le propuso fue un reloj solar. Una sugerencia que fue descartada porque durante casi tres mes al año no les iba a servir de nada. Así que le dio una vuelta y se le ocurrió ofrecer luz solar al pueblo para esos 83 días.

Una vez diseñado y construido, se instaló y se puso en marcha. El encendido, cuenta El Confidencial, corrió a cargo de un niño del pueblo y una niña de Huelva porque la fabricación de este espejo la llevó a cabo una empresa onubense.

La inversión fue, según Vice, de casi 100.000 euros y gracias a ello los vecinos no están en la penumbra entre esos días de diciembre a febrero, su pueblo se ha hecho famoso y la idea ha gustado tanto que años después, en 2013, el pueblo noruego de Rjukan le copió el sistema de iluminación.

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