Noticias desde el burro de planchar: el radical cambio de los periodistas en México por el COVID-19

A partir del 14 de marzo, cuando las autoridades mexicanas informaron su decisión de suspender clases desde el 20 de este mes, nuestra vida diaria comenzó a cambiar de manera asombrosa.

La gente dejó de llevar a los niños a la escuela desde esa misma semana, muchas empresas comenzaron a tomar medidas con algunos empleados que podían trabajar desde casa, los servicios turísticos comenzaron a bajar la cortina.

Pero luego en Europa las medidas se endurecieron por el alto nivel de contagios, la cuarentena comenzó a sonar por todo el mundo, nadie estaba exento, ni siquiera los futbolistas, los actores o empresarios.

El miedo al contagio y el compromiso moral de estar alejados de las calles han llevado a algunos comunicadores a tomar drásticas decisiones como llevar los set de radio o televisión a sus casas.

Martha Debayle lo tomó más como un ejemplo de la buena costumbre que es hacer “homeoffice”. En su página web resaltan que la decisión que tomó la comunicóloga es una forma de convencer a las empresas de promover el trabajo remoto.

La locutora también es sensible , dice, a las tendencias en países de Europa o en Estados Unidos, donde las empresas han buscado los canales para permitir a sus empleados trabajar desde casa en esta crisis.

Es el mismo caso de La Nota Dura con Risco, quien en su Iwitter infirmó que debido a la Fase 2 de la contingencia por el Coronavirus habían adaptado un espacio en su casa que serviría en adelante para realizar el programa.

Julio Hérnandez, con su particular sentido del humor, también ya está armado en casa, nos muestra en una foto en sus redes sociales cómo tomó prestado hasta el burro de planchar para montar su estudio de radio y tv. Su seguidores le han agradecido a través de sus redes el esfuerzo por mantener su informativo pese a la contingencia.

Pero aunque el resalte que es un estudio precario, hace unos años una crisis así donde los programas de radio o televisión se hicieran desde una casa con algún teléfono inteligente una conexión a internet, una laptop y poco mas, hubiese sido impensable. Hace no mucho, grabar con la calidad que hoy lo hacen celulares era imposible sin una cámara profesional y las facilidades de un estudio para grabar, repetir; cosas que hoy un editor hace en su mac.

Quien, contrario, tuvo que romper su cuarentena, fue la experimentada conductora de Ventaneando, Paty Chapoy, tanto ella como Pedro Sola tenían casi una semana que no estaban apareciendo en el foro donde graban.

Pero desde las declaraciones del Presidente de TV Azteca, Ricardo Salinas, diciendo que tenemos que salir a trabajar y a dar espaldarazo al gobierno contra las críticas de los “fifís”, Chapoy se presentó de nuevo en el foro, demostrando la fidelidad a su jefe.

Otros programas normalmente más formales como Tercer Grado o La Hora de Opinar, han tenido que manejar una dinámica donde los invitados, ya no están invitados, están en sus casas y no en los foros que cada día parece que funcionaran poco y con menos personal.

El caso de la más reciente emisión de Tercer Grado donde los televidentes y algunos tuiteros inmediatamente hicieron comentarios del notorio desagrado cuando en la intervención de Leo Suckerman se escucha al fondo la ya clásica y popular canción de altavoz: “se compran colchones...”

Un claro gesto de que en estos días nos tendremos que acostumbrar a convivir con lo impensable, con lo que nunca se tocaba entre sí; como por ejemplo un foro de tv con la cruda realidad.

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