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Querían comprar un auto vía Facebook y todo terminó en un asalto donde perdieron 133 mil pesos

Foto archivo Getty Images
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Las compras en Facebook ha proliferado en la red social desde que sacaron su 'MarketPlace' en el año 2016. A través de publicaciones específicas se pueden comerciar todo tipo de productos. Sin embargo, existe un riesgo muy alto: no se trata de un mercado regulado. No hay nadie que pueda verificar la calidad de los productos ofrecidos (hay que creer en la palabra del vendedor, básicamente) y tampoco existe una forma de proteger el pago. Todos los tratos se cierran directamente entre vendedor y comprador (y ninguna de las identidades puede ser comprobada tampoco), de tal modo que ellos deciden si el pago se hace en efectivo, por transferencia bancaria o algún método alternativo como intercambios.

Una pareja que radica en Toluca, Estado de México, vivió en carne propia lo crudo que puede ser comprar a través de Facebook. Un reportaje publicado en Milenio reconstruyó la historia de terror que vivieron, aunque al final pudieron librarla, no sin vivir minutos de angustia y adrenalina. Ellos querían hacerse de un automóvil y vieron en el Jetta gris ofertado en una publicación una gran oportunidad. Fue así que decidieron juntar dinero, todos los ahorros de sus vidas, además de pedir otras cantidades en préstamos a conocidos. El vehículo les iba a ser entregado en la Ciudad de México, particularmente en la Alcaldía Miguel Hidalgo, ampliación Daniel Garza.

La pareja fue a tocar la puerta del domicilio en donde les dijeron que serían atendidos, pero no recibieron respuesta alguna. Cuando se marchaban, dos sujetos los amagaron son armas de fuego y les quitaron los maletines donde guardaban el dinero que iban a entregar para la compra. Aunque corrían un riesgo evidente, decidieron correr detrás de los hurtadores. En esa carrera, tuvieron la suerte de encontrar a un oficial de la policía de la Ciudad de México. El policía dio aviso a compañeros suyos, porque vio que los estafadores se habían subido al puente de Barranquilla; dio esa referencia, y los otros oficiales pudieron detenerlos tras una breve persecución.

Uno de los oficiales reconoció que la pareja actuó valientemente, aunque asumiendo un riesgo total, pero finalmente todo salió bien porque recuperaron los 133 mil pesos que tenían ahorrados, tras explicar cómo habían caído en la treta, y que también habían recolectado a través de préstamos. La historia pudo haber contado con un final hasta trágico. Todo se acomodó para que no fuera así. Abundan en redes los testimonios de estafas con celulares, consolas de videojuegos y otros dispositivos electrónicos. Y si bien todo dinero perdido duele, hay que poner en perspectiva que esta pareja iba a quedarse sin el dinero equivalente a un automóvil de uso.

Ricardo Sheffield alertó en 2021 que comprar en Facebook es equivalente a comprar en el tianguis o un semáforo. (Getty Images)
Ricardo Sheffield alertó en 2021 que comprar en Facebook es equivalente a comprar en el tianguis o un semáforo. (Getty Images)

El asunto con las compras en Facebook es que, a diferencia de plataformas como Amazon o Mercado Libre, no existe ninguna medida de penalización contra un estafador ni tampoco las suficientes medidas de prevención. En esas dos aplicaciones hay mucha seguridad al momento de comprar por el simple hecho de que brindan la opción de devolver por servicio de paquetería el producto si este presenta algún daño. Y tampoco han faltado los clientes malintencionados que realizan una compra y solicitan la devolución aunque no haya un motivo real que lo amerite.

Pero comprar en Facebook es un 'volado'. La red social solo se limita a aconsejar que no se acuda en soledad por la compra y que preferentemente sea en un lugar muy concurrido. Pero no evita que potenciales estafadores y estafadores consumados oferten ahí sus productos, porque las personas estafadas suelen ser bloqueadas de inmediato por el vendedor y, aunque hagan una denuncia en formato de publicación, los estafadores suelen manejar una amplia baraja de perfiles para seguir comerciando desde diferentes cuentas.

"Adquirir un producto en un semáforo, en el tianguis o en Facebook es prácticamente lo mismo, no hay garantías ni opciones de reclamar", dijo en marzo de 2021 Ricardo Sheffield, titular de la Profeco. No se puede vivir con miedo eterno, pero tampoco se puede depositar confianza en una plataforma en la que tener una compra satisfactoria es cuestión de probabilidad: puede salir bien, mal, o muy mal.

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