¿Qué fue de la vida de Thora Birch, la actriz que brilló en American Beauty?

Es muy difícil despegar a Thora Birch, la actriz de 37 años, de la adolescente nihilista que funcionaba como álter ego de Daniel Clowes, el autor del cómic Mundo fantasma que Terry Zwigoff llevó a la pantalla en 2001. Es difícil porque posiblemente ése haya sido el mejor rol que cayó en manos de la actriz -y su mejor interpretación-, y porque esa película coming of age es un exponente del apogeo de Birch, quien recientemente reingresó al mundo mainstream gracias a su papel de Gamma en la flamante temporada de The Walking Dead, serie que confió en su talento y la volvió a poner bajo los reflectores como se merece.

A los 10 años, Birch ya sabía lo que era codearse con las estrellas. En Hocus Pocus estuvo al lado nada menos que de una figura enorme como Bette Midler, en un largometraje que adquirió estatus de culto, y donde la actriz ya despuntaba como una joven promesa destinada a consolidarse. En 1995, le llegó esa oportunidad con otro film coming of age verdaderamente inolvidable, Amigas para siempre de Lesli Linka Glatter, donde formaba parte de un entrañable grupo de amigas que atravesaba rotundos cambios a lo largo de las décadas.

Tras sus intervenciones en largometrajes como Alaska y Anywhere But Here, le llegó en 1999 el primer gran rol de su carrera: la comedia negra de Sam Mendes escrita por Alan Ball, American Beauty. Thora representaba la antítesis del rol de Mena Suvari -otra actriz que por largo tiempo fue olvidada por Hollywood-, era una verdadera outsider que precisamente por esa razón conectaba con Ricky (Wes Bentley), cuyo romance desafiaba los estereotipos. El film fue el más exitoso a nivel comercial de todos los que integró Thora, y le valió a la actriz nada menos que una nominación al BAFTA por su personificación de Jane Burnham.

De todos modos, si dejamos de lado thrillers olvidables como The Hole y The Smokers, el rol de Jane en American Beauty queda muy pequeño en comparación con el de Enid de Mundo fantasma. La amistad que entabla con el personaje de Scarlett Johansson es melancólica, pero no tanto como el proceso de autodescubrimiento que atraviesa Enid en soledad, cuando siente que no hay lugar en el mundo para ella y se atreve a salir a buscarlo por su cuenta, con un colectivo como punto de partida. Su personificación contiene una sensibilidad apreciada entonces por la crítica y la audiencia, que le valió una nominación al Globo de Oro a la mejor actriz de comedia.

Como si se tratara de una gran paradoja, el reconocimiento que recibió por Mundo fantasma no fue el comienzo de una gran carrera. Por el contrario, Hollywood se mostró indiferente ante Birch y le ofreció films muy menores que subestimaban su talento. Sin dudarlo, la artista decidió refugiarse en producciones televisivas en las que también logró destacarse a pesar de ser de nicho.

En 2003, compuso a Liz Murray en la biopic Homeless to Harvard: The Liz Murray Story, donde era una muchacha que se quedaba sin hogar a los 15 años y debía sobrevivir, superar los obstáculos y enfocarse en los estudios, contra todos los pronósticos. Su vehemente interpretación le valió una nominación al Emmy y así, el formato televisivo pasó a ser su nuevo hogar. "La industria del cine demandaba cosas de mí que no me interesaban, y yo quería mantener una identidad fuerte, y buscar cosas más profundas, algo que Hollywood no les daba a las mujeres en ese momento", declaró en 2014.

Me tomé un descanso de Hollywood porque nunca había ido a la universidad, nunca había explorado mi vida adulta, y obtuve mi diploma en estudios legalesThora Birch

Cuatro años antes, Birch protagonizó The Pregnancy Pact, donde personificaba a Sidney Bloom en el film de Lifetime sobre un grupo de adolescentes cuyas integrantes, como el nombre del film lo indica, planean quedar embarazadas en simultáneo para ser populares, historia casi inverosímil que estaría basado en casos reales.

Tras un breve paso por la serie de ciencia ficción de Carlton Cuse y Ryan J. Condal, Colony, Birch fue convocada para la décima temporada de The Walking Dead para el papel de Gamma, una de las "susurradoras" del drama zombi que no forma parte del cómic de Robert Kirkman, Tony Moore, y Charlie Adlard, por lo cual su futuro es impredecible.

Una de las showrunners del programa, Angela Kang, contó recientemente lo mucho que quería a Birch en el elenco, ya que se considera "una gran fanática de Mundo fantasma". "Además de ese film, hizo tantas cosas increíbles, que es un placer tenerla en el elenco, y le dio una vuelta al personaje muy interesante, porque estamos explorando la historia de alguien que integra un grupo que alcanza el liderazgo, y eso es complejo", explicó Kang.

Es cierto que la industria le negó roles pluridimensionales, pero también es cierto que la propia Birch no quiso lidiar con un caso de "inocencia interrumpida", y por eso dio un paso al costado por varios años. "Se combinaron muchos factores, nunca había ido a la universidad, nunca había explorado mi vida adulta, así que opté por tomarme un momento, aislarme y obtener mi título en estudios legales", reveló.

De todas formas, cuando se graduó, su pasión por la actuación reflotó. "Simplemente adoro estar inmersa en el proceso de contar una historia, advertí que no estaba lista para dejar ir esa parte de mi persona", contó. En esa época, lo habló con su manager, Michael Adler, quien la apoyó en su regreso a la actuación. En el camino, ambos se enamoraron y se casaron en San Francisco. "Nunca vi venir algo así, no estaba buscando el amor, no creía mucho en eso", admitió Birch. "Tuvimos una relación profesional por dos años, y después comenzamos a reírnos solos en los eventos a los que íbamos. Una noche, eso se convirtió en una cita, y de repente nos volvimos inseparables", recordó.

En la actualidad, Thora disfruta de su rol en The Walking Dead, pero también aspira a más, y todo con autosuficiencia. "En cinco años, quiero seguir actuando, produciendo y me encantaría dirigir al menos una película; pero si estoy tan ocupada como ahora, eso ya me entusiasma", manifiesta, como queriendo revancha.